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GRACIAS

  • danydardonofficial
  • 16 may 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 31 may 2020

Cuando vemos a los más necesitados como #venezuela quizas los viven una guerra como #siria



Grandiosa y noble palabra, llena complejidad y sencilla a su vez, la complejidad podría llamarse a la multiforme utilidad que se le puede dar a la palabra y tan sencilla de usar en todo el mundo, por todas las edades, tan sutil y tan noble, tan provechosa y menospreciada por la cotidianidad del día a día. Lo cierto es, que es una palabra poderosa que muchas veces quienes tenemos la oportunidad de decirla continuamente y conforme la escuchamos tan seguido, también le menospreciamos su valor, para quienes tuvimos el privilegio de aprenderla a temprana edad nos fomentó un sentido de conciencia que conforme crecimos paso a ser un acto de cortesía decirla.

Recuerdo aprenderla como mis primeras palabras, desde la infancia, pero conforme paso el tiempo en mi niñez, noté que si no la decía mis padres me llamarían la atención por no decirla, recuerdo escucharla en películas, en otros países, en todas las edades, en todas las clases sociales. Cuando era bebé quizás la decía sin conocer su valor, cuando era niño la decía sin ninguna hipocresía, cuando era joven sin ningún interés, cuando fui adulto sin ningún fin, más cuando maduré comencé a apreciar el valor de su significado.

Aprecié y noté que me abrió las puertas a muchas oportunidades de trabajo, a muchas oportunidades de negocios, aprecié que los empresarios, los cultos, los académicos, los religiosos, los empleados, los jefes, los subalternos, los ambiciosos, los políticos, los artistas, los adultos maduros y los ancianos sabios, los inteligentes y los prudentes les gustaba oírla de mí, quizás por que siempre fue un gracias sincero y sin hipocresía, quizás por que a pesar de mi seriedad provocaba algún gesto amable en mi rostro.

Cuando no tenia trabajo, cuando no entendía alguna materia, cuando tuve accidentes, cuando me dieron negocios, cuando me ascendieron, cuando me hicieron descuentos, cuando me abrieron las puertas a nuevas oportunidades, cuando me buscaron para formar parte de nuevos proyectos, dije gracias a todas y cada una de las personas que estuvo en ese proceso de mi vida, y llegue de nuevo a responder con un gracias y la sonrisa en mi rostro, esa fue una temporada pasada y de muy buenas experiencias en mi vida, que me ayudaron a formarme un carácter de responsabilidad y respeto por el prójimo.

Inevitable fue la caída en mi vida, entrando a detalles no fue una caida, fueron varias, caídas sinónimo de fracasos y derrotas en este mundo y su existencia al cual denominó la vida, la vida que llevaba me provocó una y otra, tras otra caída, trayendo consigo, infidelidades, divorcios, hogares desintegrados, daños a terceros y lo peor daños a mis herederos, sin haber yo fallecido les heredé un hogar desintegrado, inestabilidad sentimental, inseguridad y conflictos de ansiedad, la educación pasó a formar un cuarto o quinto lugar en las prioridades, para mis hijos, la familia, mamá y papá juntos como base de un hogar para fomentar principios y valores pasaron a ser frases y no hechos, economía dividida, ingresos dividíos, egresos divididos, tiempo dividido y corazones divididos, pensamientos con prejuicios y consecuencias negativas para todos a raíz de mis malas decisiones.

A medida qué pasó el tiempo parecía que después de haber tocado fondo, luego comencé a cavar y viviendo de reacciones y no de acciones, encerrado en mi postura y mi perspectiva de victima y conocedor de todo, encima con un hábito de superioridad evitando la humillación disfrazándola de comentarios positivos pero podrido por dentro, dañando a cuanta persona pasaba por mi camino sentimentalmente hablando, sin temor de las consecuencias del mañana ni de la factura que la vida te pasa, tarde o temprano. Hasta que un día no pude más, la vida se encargó de pasarme la factura y en un momento crítico sin poder hacer nada, ni con todo el dinero del mundo, ni con los mejores equipos o medicamentos, sin esperanza y con una estadística en mi contra, no pude más y me tocó que buscar a quien de tanto tiempo escapé, no había otro camino, no había otra opción, era mi única esperanza y sin protocolo y sin lugar adecuado, doble rodillas y con lágrimas como grifo abierto en mi ojos rogué, supliqué y lloré por varios minutos pidiendo un milagro, hice una promesa a cambio y sentí un viento sobre mi espalda que evitó que continuara ofreciendo esa promesa a cambio, ese viento hizo que yo callará, el viento permaneció alrededor de mi y calmo mi llanto en paz y pude sentir paz, abriendo mis ojos pude ver el milagro, horas después sería confirmado y tres días después fue comprobado.

Sería una hermosa historia para contarte, lo cierto que la historia no terminó allí, tampoco fue para que aquel personaje a quien se le hizo el milagro, la historia me hizo protagonista y cambió mi vida, aprendí qué hay alguien que hizo los cielos y la tierra, que separó las aguas de la tierra, el mismo hizo la luz, los animales y creo al hombre y del hombre la mujer, este ser es Dios y me hizo darme cuenta que por las mañanas sale el sol para mi, para buenos y para malos, me hizo darme cuenta que por las noches toma su lugar la luna acompañada de estrellas y hace una obra de arte en el cielo que solo Él puede crear, me hizo darme cuenta que Él era el único que podía hacer milagros, como salvarle la vida a mi hijo, me hizo darme cuenta que veo, oigo y tengo salud y yo no le daba gracias por todas esas cosas, cosas que no puede comprar el dinero, podría tener todo el dinero del mundo y la mejor medicina en el mejor hospital con el mejor médico del mundo y no podían sanar a mi hijo y Dios si lo hizo, aprendí a darle gracias por esas cosas y muchas más que hoy decidí escribir esto para que tu y tus generaciones venideras se den cuenta de lo importante que es aprender y enseñar a decir gracias no solo entre nosotros los humanos si no a Dios quién nos regala cada día cosas que el dinero no puede comprar, nos regala paz, amor, benignidad, bondad, para los que gozamos de salud también y para los que no gozan de salud, hay una buena noticia, pueden pedírsela a Dios y el se las puede dar.

Dany Dardon


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